Los husos horarios son franjas imaginarias que determinan la hora en la que se encuentra cada territorio de nuestro planeta.
Estas franjas abarcan un espacio de 15 º cada una y están delimitadas por los meridianos: las líneas, también imaginarias, en forma de semicircunferencia, que atraviesan la Tierra de polo a polo.
Todo el territorio incluido en una franja comparte la misma hora, lo que se denomina zona horaria.
¿En cuántas zonas horarias se divide la Tierra?
Existen 24 husos horarios en todo el planeta, que determinan, a su vez, 24 zonas horarias distintas.
Al compartir la misma hora, el horario oficial de cada punto del territorio no coincide de forma exacta con su horario solar.
Sin embargo, para que la diferencia sea la menor posible se ha decidido contar con la hora solar media de cada huso horario. De esta forma, ningún punto de la zona horaria se encuentra a más de 30 minutos de diferencia de su hora solar.
El cálculo se realiza a partir del estándar UTC, Tiempo Universal Coordinado (en sus siglas en inglés), mediante el cual todos los países del mundo han decidido coordinar su horario.
El criterio principal es el de colocar al meridiano de Greenwich o meridiano 0 como hora estándar. Cada franja al este del meridiano 0 suma 1 hora, mientras que cada franja al oeste del meridiano 0 resta 1 hora.
Estos son algunos ejemplos:
- Gran Bretaña: UTC 0
- España: UTC +1
- Portugal: UTC +0
- Cuba: UTC -5
- México: UTC -5, UTC-6, UTC-7, UTC-8
- Colombia: UTC -5
- Perú: UTC -5
- Argentina: UTC -3
- Brasil: UTC -2, UTC -3, UTC -4, UTC -5.
Mapa de husos horarios en el mundo
En este mapa se puede observar la división de la Tierra en los 24 husos horarios. Las franjas entre meridianos delimitan cada huso, el cual suma o resta una hora respecto de su anterior o posterior.
Como podemos ver, el meridiano de Greenwich divide la primera de las franjas horarias, que marca el estándar UTC.
Horario mundial: la hora en diferentes países
El horario mundial basado en los husos horarios se definió por primera vez en 1884, pero no fue adoptado por la mayoría de los países del mundo hasta principios del siglo XX.
En 1912 fueron 25 países los que decidieron regirse por él, a lo que se fueron sumando más y más naciones en los años posteriores.
Actualmente, la mayoría de los países del mundo han adoptado el sistema de husos horarios y el estándar UTC, pero lo han hecho adaptándolo a su realidad geográfica y política.
En muchos países los husos horarios coinciden directamente con las franjas y las zonas horarias determinadas por el estándar. Es del caso de Gran Bretaña, donde su huso se corresponde con el del meridiano de Greenwich, cuyo nombre, de hecho, proviene de una población, cercana a Londres, por la que este atraviesa.
En países como EEUU o México, cuyo basto territorio abarca varios husos horarios, se sigue el criterio UTC para determinar la zona horaria de cada uno.
Excepciones al criterio común
Algunos países decidieron unificar el horario en todo su territorio, forzando a algunas regiones adoptar un huso horario que le corresponde.
España decidió mantener un solo huso horario en todo su territorio continental. Galicia se sumó a la franja horaria que marcaba la capital, a pesar de pertenecer a otra.
Además, durante la II Guerra mundial, por razones políticas, España adoptó también el huso horario de Europa central, que coincidía con los países del Eje, Alemania e Italia.
Otros países, como Venezuela o la India, optaron por una solución intermedia. Decidieron contar con un solo horario haciendo una media entre ellos. El resultado fue que sumaban o restaban las horas marcadas por el estándar +/- media hora.
Así, Venezuela no es ni UTC-4, ni UTC-5, sino UTC -4:30.
Horario de verano
Muchos países del mundo han decidido mantener un horario durante el invierno y otro durante el verano, por razones de eficiencia energética.
Por tanto, solo uno de ellos se corresponde con el criterio UTC. Al otro, normalmente el de verano, se le suma una hora más respecto al estándar. De esta forma, en caso se incrementa el gasto en luz artificial durante las mañanas y se disminuye al atardecer.
El horario de verano, que fue propuesto a principios del siglo XX, ha sido también muy criticado en los últimos años. Sus detractores afirman que solo ahorra energía si la actividad energética de la tarde supera a la de la mañana.