Día de Olvidarse de los Propósitos de Año Nuevo
¿Ya te cansaste de ir al gimnasio? ¿Te resulta imposible resistirte a ese trozo de pastel?
¡No te preocupes! El 17 de enero es el día oficial para dejar de lado esos propósitos de Año Nuevo que, siendo sinceros, eran demasiado ambiciosos.
Se cree que se tarda aproximadamente dos semanas en que la mayoría de las personas se dé cuenta de que esos grandes cambios no encajan en sus vidas cotidianas.
El Día de Olvidarse de los Propósitos de Año Nuevo es una excusa perfecta para admitirlo sin remordimientos.
Aunque este día no es una festividad oficial, sí es un recordatorio para dejar de sentir culpa y abrazar el hecho de que no necesitas un año nuevo para empezar de cero.
Según estudios, casi el 80% de las personas abandonan sus propósitos antes de que termine el año, y uno de cada tres ni siquiera llega al primer mes. Así que, si has llegado hasta aquí, ¡ya es todo un logro!
Un poco de historia sobre este respiro
Hacer propósitos de Año Nuevo no es algo reciente. Desde hace más de 4000 años, en el festival babilónico de Akitu, las personas hacían promesas para el nuevo ciclo. Realizaban ofrendas a sus dioses para ganarse sus favores y asegurar una buena cosecha.
Estas promesas iniciales evolucionaron con el tiempo hasta convertirse en los propósitos personales que conocemos hoy. Sin embargo, la tradición de romper estas promesas también parece ser igual de antigua. A veces, la idea de un "año nuevo, vida nueva" simplemente no se sostiene frente al caos de la vida diaria.
La historia de los propósitos de Año Nuevo nos enseña que la búsqueda de un cambio positivo es propio de la naturaleza humana. Sin embargo, también nos enseña que dichos cambios requieren tiempo, esfuerzo y paciencia.
Cómo celebrar este día
Déjate llevar: come ese postre que has estado evitando durante 17 largos e interminables días. Duerme un poco más o disfruta de un maratón de tu serie favorita. ¡Ojo! No te animamos a que desistas, solo a que no te estreses si lo haces.
Relájate: recuerda que puedes trabajar en tus objetivos cuando realmente estés preparado, no porque lo dicte una fecha.
Ríete de ti mismo: reflexiona sobre los propósitos que rompiste y celébralo con un poco de humor.
Organiza una fiesta de liberación: invita a tus amigos a una fiesta donde puedan quemar simbólicamente una lista de propósitos incumplidos.
Establece metas más realistas: aprende a dividir tus objetivos en pasos más pequeños y alcanzables.
Lista de propósitos que abandonar
- Ahorrar dinero: ¡ajá, como si eso fuera a pasar! Siempre hay algo más que comprar.
- Perder 10 kilos en un mes: a menos que seas mago o tengas un pacto con las hadas, esto es más un deseo que una meta realista. ¡Ahorra energía y mejor disfruta de la vida!
- Ir al gimnasio todos los días: ¿en serio? ¿Ni un domingo de flojera? ¡Tu sofá te echa de menos!
- Dejar de comer chocolate: ¡sacrilegio! El chocolate es la medicina universal para el estrés, la tristeza y el aburrimiento.
- Aprender a tocar el piano en un mes: compadecemos a tus vecinos. ¡Mejor empieza con una flauta dulce!
- Leer 50 libros en un año: a menos que quieras convertirte en un gusano de libro, relájate y disfruta de un buen café y una novela.
- Ser productivo las 24 horas del día: ¿y para qué? ¡El ocio también es productivo!
